Opinión(1): Hasta el lejano Viernes Santo 2 de abril de 2021
Publicado de Ángel López Sánchez (Secretario General y Vice-Hermano Mayor) en Noticias · Martes 17 Mar 2020
Ya es conocida la noticia. El coronavirus ha podido con nuestra Semana Santa. Las procesiones han sido suspendidas, si bien
yo considero que la acepción más acorde sería que han sido suprimidas, por aquello de que esta palabra la identificamos con “anular, deshacer o hacer cesar”, ya que suspensión es más bien estar “pendiente, colgado, flotante, sostenido en alto o en el aire”.A estas alturas, en cuaresma avanzada, que más da ya lo de suprimir o suspender, lo cierto y verdad que esta pandemia nos ha dejado sin fallas, sin Semana Santa, sin procesiones, sin feria de la Magdalena, sin feria de abril, y el virus será vencido, pero las consecuencias que va a dejar en la economía van a ser incalculables, para quien lo pueda contar.
Para la supresión o para la suspensión hay que estar preparado y con la moral alta, como los más valientes guerreros, pues el impacto emocional que deja en millones de personas que esperaban que llegaran sus legendarias fallas, sus procesiones de Semana Santa, su feria de abril, tardarán o tardaremos tiempo en digerirlo.
No hay vuelta de hoja, las calles de Valdepeñas, y las de miles de lugares de nuestra España están desoladas, parece la Apocalipsis, siendo negativos, esto es poco más o menos que el fin del mundo.
Esta guerra bacteriológica, esta guerra sin disparos, se va a llevar por delante lo que nadie pensaba hace un par de meses.
El coronavirus se llevará muchas ilusiones por delante, las de muchos penitentes que vivirán (viviremos) la sensación amarga de un domingo de ramos, un lunes, martes, miércoles, jueves y viernes santo y un domingo de resurrección que parecerá un día más en el exterior (en su interior que cada uno lo viva lo mejor posible). Había que retrotraerse a los tiempos de la maldita guerra civil, y años posteriores para hablar de ausencia de procesiones.
En el caso de nuestra cofradía, hay que remontarse a esa etapa que transcurre desde el año 1940 hasta 1960, en la que solo había un Viernes Santo al mediodía de nombre, de ganas de recuperarlo, pero que no llegaba. Fueron más de 20 años de un vacío imperdonable, de un vacío eterno, felizmente recuperado al inicio de la década de los años sesenta.
En las dos últimas décadas hemos visto como el tiempo ha provocado la suspensión de nuestra esperada y deseada procesión de Viernes Santo al mediodía, en la que con buen tiempo, Valdepeñas y su Semana Santa visten con todo esplendor y brillantez.
Este año 2020 que distinto será. Se me ha ocurrido pensar ya en el 2 de abril de 2021, festividad de Viernes Santo, y cuando lleguen los “días santos”, y no podamos ver a los penitentes de verde y capa blanca, ni a los costaleros, ni las mujeres llevando a la Verónica, ni a los músicos, ni a las autoridades religiosas, civiles y militares, ni a los numerosos representantes de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y cuando miremos a la puerta de los Apóstoles de la parroquia de la Asunción, y no veamos salir a Jesús Caído, ni a la Virgen de la Esperanza, ni al “Despojado” o a Jesús con la cruz a cuestas, pensaré en los buenos años de procesión en la calle, en el legendario encuentro en la capilla de San José, en la brillantez de un viernes santo traspasado por un sol luminoso, y en las lágrimas debido a la suspensión por el mal tiempo.
Este año que no habrá gente en las calles esperando ver sus procesiones, las de Valdepeñas y las de cualquier punto de España (no sé cómo estará el asunto de los templos), pondré música cofrade y repasaré fotografías y videos, todo ello para hacer más corta la espera de ese 2 de abril de 2021.
Ah!. El coronavirus podrá con nuestra Semana Santa, con nuestras procesiones, con vidas humanas, nos traerá miseria económica, pero ya lo decía Pablo Neruda “podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera”.
Este 2020, nuestra Semana Santa descansa en paz. Aguardemos con impaciencia la de 2021.
*Secretario General. Vice hermano mayor. Periodista